El ex seleccionado argentino, Hugo Conte, fue el entrevistado de este viernes en la transmisión en vivo que hace la Federación de Vóleibol de Chile a través de su cuenta de Facebook. En conversación con el presidente de FEVOCHI, Jorge Pino Madrid, el ex voleibolista habló de su exitosa carrera deportiva, también se refirió a la medalla olímpica obtenida con Argentina y a cómo ve actualmente el vóleibol chileno.
“Yo empecé con la natación en un club de Buenos Aires del cual mis padres eran socios. Desde los 4 años hasta los 12 representé al club, pero después sentí que ya no me divertía en ese deporte. También jugaba a la pelota u otro deporte colectivo, donde me sentía más cómodo, que me iba mejor. Entonces como mi madre jugaba vóleibol en el mismo club, comencé a ir con ella y ahí el entrenador Daniel Troya vio que era alto y me dijo que me uniera al equipo de vóleibol”, partió contando el ex seleccionado trasandino.
Asimismo, añadió que “cuando comencé a jugar, eso de tener que pasar el balón sobre la malla con mi altura se me hizo distinto, me gustaba y me entusiasmaba, a la vez que me entregó mucha más seguridad con respecto a mi estatura, ya que estaba acostumbrado a ser demasiado alto y en el vóleibol, en la cancha, eso me hacía sentir protagonista, entraba a mi pecera, a mi hábitat. Eso hizo que desde un principio me divirtiera mucho este deporte y pasara a ser mi principal motor y, aunque de ahí en más fui mejorando, siempre mantuve la diversión hasta los 44 años”.

Con respecto a su carrera deportiva, el ex voleibolista afirmó que “tuve un inicio rápido. A los 16 años ya me habían llamado a la selección mayor. Estuve también en Ferro y luego, cuando estábamos en los últimos días de un mundial, me llamó el entrenador del equipo francés, Cannes, a donde partí con 19 años. Con ese club logré salir campeón de la Liga y subcampeón europeo. Después partí a Parma, Italia, donde permanecí durante 17 años”.
Al momento de hablar de la selección argentina, de la que fue parte, recordó que “en el 80’ fuimos a jugar el Sudamericano en Santiago de Chile y ahí le ganamos la final a Brasil con una puntuación de 3-1. Sabíamos que enfrentaríamos un rival que era muy fuerte, pero habíamos entrenado para ese encuentro durante seis meses. Considero que ahí fue cuando empezó la historia de ese gran equipo que alcanzó grandes logros en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y después en el mundial del 90’. Fue la ocasión donde tomamos el gran impulso e incentivo, y al ser tan chicos nos marcó para toda la vida. Igual hizo lo propio nuestro entrenador coreano, Song, quien nos dejó mucho y de quien estamos muy agradecido por habernos elegido, transmitiéndonos muchos valores”.
En cuanto a las dos etapas que vivió junto al seleccionado trasandino, Conte aseguró que “tuve la suerte de estar presente en dos generaciones, cuando empecé con mis compañeros y después compartiendo camarín con jugadores más jóvenes, claro que me identifico más con la generación de los 80’, ya que crecí con ellos, Sin embargo, también viví cosas increíbles con la otra generación y por ello que no puedo comparar las dos etapas, ambas fueron diferentes y en ambas aporté de distintas maneras. Lo increíble fue que pude estar presente en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 con 37 años y luego competir en un mundial en el 2002, teniendo la oportunidad de que mis hijos estuvieran presentes y me pudieran ver, lo que fue muy bonito y motivante. Por eso es que ambos periodos tienen cosas muy lindas e importantes para mí”.

Mientras que, al hablar de grandes logros obtenidos durante su carrera, destacó la medalla de bronce conseguida en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, señalando que “como jugador, la medalla olímpica es lo más alto a lo que puede aspirar un deportista, de ahí que esa medalla de bronce fuera tan importante y fue algo que como equipo fuimos a buscar. Nos preparamos cinco meses para ello, además considerábamos que estábamos en nuestro momento, jugando bien y maduros, con un equipo que venía compitiendo juntos hace ocho años, por lo que sólo queríamos demostrar de lo que éramos capaces. Sin duda, fue el mejor resultado y el mejor momento”.
Refiriéndose a la posibilidad que tuvo de jugar junto a su hijo Facundo, el actual representante trasandino, comentó que “entre el 2005 y 2006 mi hijo Facundo ya jugaba en la selección menor y en algún momento le dije que siguiera jugando como lo estaba haciendo para poder jugar juntos. Y me puse a pensar de qué forma podía concretar un equipo y lo hice. Justo me ofrecieron ser vicepresidente del club donde comencé todo y fue perfecto, porque se formó el equipo en un gimnasio que se armó en Palermo. Ahí pude jugar con mi hijo Facundo y mi sobrino, siendo una experiencia realmente espectacular, fue lo mejor que me pudo pasar en la vida. Realizar ese sueño en el gimnasio donde comencé a jugar con mi madre fue realmente divino, por eso no me retiré con un partido, retirándome con una liga y disfrutando seis hermosos meses”.
Por otro lado, dejó de manifiesto aquellas sensaciones que le deja el hecho de tener una familia donde todos juegan vóleibol. “Nosotros como padres le presentamos a nuestro hijo y a nuestras dos hijas todos los deportes. Hicieron futbol, natación, tenis, atletismo y más. Pero finalmente el vóleibol los fue absorbiendo, quizás al verme jugar. Cuando jugué con mi hijo Facundo también estuvieron presentes sus hermanas y de ahí yo creo que se entusiasmaron. Pero eso fue muy bueno, porque el deporte les enseñó a no aflojar y apretar más en los momentos difíciles, creándoles una mentalidad que les ha ayudado para la vida misma”, dijo.

El ex seleccionado argentino es actualmente representante del capitán de la selección nacional, Dusan Bonacic, y ante la situación que se está viviendo hoy en el mercado de transferencia, sostuvo que “con Dusan estoy desde cuando él tenía 18 años y he podido ver en él un crecimiento impresionante. Quedan muy pocos jugadores como él, con la responsabilidad e intensidad con la que él se entrega. Es un jugador que quiere y ama el vóleibol, buscando siempre estar en su mejor nivel. Pero este año ha sido el más difícil dada la pandemia, porque si bien han habido ofertas se ha tomado la decisión de esperar para ver qué sucede, ya que muchos clubes se han visto afectados económicamente. De todas formas, mantenemos conversaciones con equipos, pero se está viendo cómo evoluciona todo con el Covid-19”.
Finalmente se refirió al actual desempeño de nuestro voleibol nacional, observando que “en Chile se está realizando un muy buen trabajo. El técnico de la selección masculina, Daniel Nejamkin, lleva tiempo haciendo una excelente labor, la que le ha hecho muy bien al equipo. A su vez, en las otras áreas del vóleibol, las categorías femeninas, las inferiores y el vóleibol playa también están teniendo un gran desempeño, lo que demuestra que la federación está escuchando y apoyando en los procesos a largo plazo, lo que es clave para el crecimiento. La FEVOCHI en estos momentos está haciendo una gran tarea, pudiendo ser un ejemplo para muchas federaciones”.
